La Audiencia Provincial de Lleida ha ratificado este febrero la sentencia que obliga a Tatxo Benet, socio de Jaume Roures en Mediapro, a pagar 4,9 millones de euros a una empresa local como máximo accionista y presidente de la extinta Unió Esportiva Lleida.
La victoria del letrado Francisco Domínguez es el último episodio en el azaroso final de un histórico del fútbol catalán –dos temporadas en Primera, la última en la campaña 1992/1993 – que acabó en quiebra y fue liquidado como sociedad anónima deportiva al no poder afrontar una deuda que ascendía a 287 millones de euros. Refundado como Lleida Esportiu, el club tampoco tuvo unos inicios fáciles en su nueva etapa, después de que Benet tratase de traspasar sus poderes a la empresaria local Annabel Junyent con el apoyo del lotero Xavier Gabriel.
Finalmente fue el grupo Ciutat de Lleida quien se hizo con el control de una entidad que se debate entre seguir en Segunda B con la solidez que le aporta la Paeria, especialmente en el desarrollo de su fútbol base, o luchar por cotas más altas y tener que volver a convertirse en SAD.